miércoles, 17 de octubre de 2018

Batalla de Kahlenberg

Fecha: 11-12 de septiembre de 1683
Lugar: Monte Kahlenberg, actual Leopoldsberg, cerca de Viena (Austria)
Contendientes:
El Sacro Imperio Romano Germánico y la República de las Dos Naciones, dirigidos por Jan III Sobierski, rey de Polonia; Carlos V, duque de Lorena; Ernst Von Starhemberg, conde al mando de la guarnición de Viena; Juan Jorge III, elector de Sajonia; el margrave Luis Guillermo de Baden-Baden, Maximiliano II Manuel de Baviera y Jorge Federico Waldeck, mariscal.
➤  El Imperio Otomano, junto a sus vasallos tártaros del Kanato de Crimea; Principado de Valaquia, Principado de Moldavia y Principado de Transilvania, dirigidos por el Gran Visis Kara Mustafá Pasha; Miguel Apafi I, príncipe transilvano; y Murad Giray, khan de Crimea.



La batalla de Kahlenberg, también conocido como Segundo Sitio de Viena, tuvo lugar en Viena los días 11 y 12​ de septiembre de 1683, acabando con dos meses de asedio por parte de tropas del Imperio Otomano. La batalla tuvo lugar en la montaña de Kahlenberg, monte pelado en castellano y que actualmente se denomina Leopoldsberg, a las afueras de Viena. La batalla enfrentó a tropas del Sacro Imperio Romano Germánico y de la Mancomunidad de Polonia-Lituania  contra el ejército otomano, reforzado por sus vasallos europeos.

En 1529 había acontecido el Primer Sitio de Viena en el que las tropas otomanas, bajo el mando del sultán Solimán el Magnífico, asediaron la capital del Archiducado de Austria con unos 120.000 hombres, cayendo derrotados frente a las tropas del archiduque Fernando I, hermano y sucesor de Carlos V como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Los defensores austriacos, reforzados mínimamente por lansquenetes alemanes y arcabuceros españoles, consiguieron repeler el ataque otomano, mal preparado para el asedio y perjudicados por la nieve y las lluvias, pese a contar con los jenízaros, sus tropas de élite.

Ciento cincuenta y cuatro años después, el gran visir Kara Mustafá Pasha, yerno del sultán Mehmed IV y almirante de la Gran Flota del Egeo, se dirigió a Viena a asediar la mismísima corte del emperador Leopoldo I.

La Dinastía Köprülü, que había adoptado a Kara Mustafá, era una dinastía de origen albanés que dio numerosos grandes visires al Imperio Otomano y que había dirigido política y militarmente el Imperio, habiendo realizado numeros incursiones a Ucrania, Hungría, Moravia, Silesia, Transilvania, Creta o las islas de Ténedos y Lemnos, de dominio veneciano, desde mediados de siglo. Por tanto, Mustafá ansiaba terminar la obra familiar y para ello no dudó en apoyar a Imre Thököly, líder protestante llamado Rey de Alta Hungría, en la actual Eslovaquia, y que luchaba contra las políticas contrarreformistas de Leopoldo I. Y fueron las incursiones imperiales en Hungría para sofocar las revueltas de Thököly los mejores argumentos para que Kara Mustafá convenciera al sultán Mehmed IV para movilizar a su ejército y avanzar hacia Viena.

Ya en los años precedentes al Segundo Sitio, los otomanos habían construido caminos y puentes que se dirigían al Sacro Imperio, con la vieja aspiración de hacer caer a Viena y dominar las rutas comerciales entre el mar Mediterráneo y el mar Negro.

En 1682, Mehmed IV autorizó a Mustafá a llegar hasta los castillos de Györ y Komáron para asediarlos. La guerra empezado , pero el invierno y la poca otomana provocaron casi quince meses de espera hasta el asedio a Viena que comenzó el 16 de julio de 1683, habiendo tenido tiempo suficiente Leopoldo I para solicitar ayuda al Papa Inocencio XI y llamar a una nueva cruzada.

La decisiva alianza del Sacro Imperio con la Mancomunidad de las Dos Naciones, compuestas por el Reino de Polonia y el Gran Ducado de Lituania, hizo que el rey polaco Jan III Sobierski preparara una expedición de ayuda al emperador durante el verano.

Kara Mustafá llegó a Viena al frente de entre 150.000 y 170.000 soldados, incluyendo 40.000 tártaros dirigidos por Murad Giray, Khan de Crimea, junto a tropas de otros vasallos como el Principado de Moldavia, el Principado de Valaquia y el Principado de Transilvania. Tras los enfrentamientos iniciales, el emperador Leopoldo I huye a Linz junto a parte de la población vienesa. Dentro de la ciudad aguardaba una guarnición de 15.000 soldados imperiales, con el conde Von Starhemberg al mando, afrontando un duro asedio de dos meses. El propio Mustafá ofreció en varias ocasiones una rendición ventajosa a Starhemberg sin éxito.

En auxilio de Viena acudieron unos 57.000 hombres del Sacro Imperio y 37.000 guerreros de las Dos Naciones, incluyendo 20.000 húsares, con el mismísimo Jan III Sobierski a la cabeza. El rey polaco no duó en abandonar su país y honrar su compromiso con el emperador, abandonando su propio país que se encontraba ahora hostigado ahora por el propio Thököly, al que amenazó con destruir si osaba atacar Polonia. El gran hetman de campo lituano (segundo al mando del ejército tras el rey), Jan Kazimierz Sapieha, en su desplazamiento desde Lituania hacia Viena arrasó el norte de Hungría, actual Eslovaquia, lo que incluso provocó que llegara a la ciudad imperial una vez terminada la batalla. 

El 12 de septiembre, la coalición aliada con Sobierski al frente, con el duque Carlos V de Lorena al mando de las tropas imperiales, el elector de Sajonia Juan Jorge III, junto al margrave Luis Guillermo de Baden-Baden  y Maximiliano II Manuel de Baviera junto al mariscal Jorge Federico de Waldeck, que dirigían las tropas bávaras, llega a las inmediaciones del monte Kahlenberg. Las tropas aliadas eran la mitad que las otomanas y no tenían prácticamente artillería, pero Kara Mustafá cometió el error de no preocuparse por las tropas de socorro polacas y ni siquiera ordenar una formación para la batalla.  

La batalla fue breve y violenta y tuvo lugar en el campamento otomano, incapaces de detener la carga de los cristianos. Los jenízaros, tropa de élite otomana, estaban aguardando confiados en acabar con las defensas de Viena y entrar en la ciudad, y fueron aniquilados en el campamento. El ataque definitivo de los húsares alados polacos, caballería pesada con armadura y sus inconfundibles alas, avanzando ladera abajo, destruyó la resistencia turca infligiendo unas 20.000 bajas en unas horas y provocando la huida de muchos otros.

Viena estaba a salvo y, terminada la batalla, Sobierski envió una carta al Papa parafraseando a Julio César donde decía “Vinimos, vimos y Dios venció”. La batalla supuso el fin de las aspiraciones otomanas de llegar al corazón de Europa. Si ya habían sido frenados en 1529 por tierra, durante el Primer Sitio de Viena por las tropas imperiales de Carlos V y su hermano el archiduque Fernando I, y en 1571 por mar, en la batalla de Lepanto; la derrota en Kahlenberg supuso el fin de la expansión otomana y contribuyó a la hegemonía de los Habsburgo en Centroeuropa. 

Kara Mustafá Pasha se retiró a Belgrado tras la derrota, donde fue ejecutado en diciembre por el comandante de los jenízaros. Cuentan que su cabeza se envió en una bolsa de terciopelo a su suegro Mehmed IV y que las últimas palabras de Mustafá fueron “asegúrense de atar bien el nudo”. Murad Giray, Khan de Crimea, responsabilizado de la huida de los tártaros ante el ataque de los húsares fue desposeído de su título de khan y desterrado.

BATALLA EN EL CINE

Aquí podéis ver de un fragmento de la película "The day of the siege: September 11 1683" (2012), dirigida por Renzo Martinelli.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Batalla de Kahlenberg

Fecha: 11-12 de septiembre de 1683 Lugar: Monte Kahlenberg, actual Leopoldsberg, cerca de Viena (Austria) Contendientes: ➤ El Sa...